Os dije que en este tema no había muchas pinturas significativas para relacionar y tal, pero ésta sí que lo es. Es un magnífico ejemplo de la pintura de historia, tan característica del siglo XIX. Su autor es Antonio Gisbert (pinta otras importantes escenas históricas, como El fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga) y, bueno, hela aquí. La relación está clara y la imagen no puede tener más significado: un recién aterrizado Amadeo rinde tributo a la persona que, habiendose distinguido por su apuesta por la casa de Saboya y, más concretamente, por la figura de aquél, no lo llega a ver reinar. La soledad del nuevo monarca se manifiesta ante nosotros con un enorme peso, ya que, a la derecha, se diría que el resto de los presentes parece preguntarse: "Y ahora, ¿qué hacemos con este?". Lo bonito de esta pintura es que el drama no se presenta en la muerte en sí, sino en la soledad del rey Amadeo.
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